¿QUÉ ES LA INCONTINENCIA?
La incontinencia puede ir desde una leve pérdida de orina hasta la pérdida total del control de la vejiga o el intestino. En el mundo más de 200 millones de personas padecen algún tipo de incontinencia, desde niños pequeños hasta personas mayores. Más del 70% son mujeres y el 30% son hombres y todos se ven afectados de alguna manera. En las mujeres, la incontinencia es más frecuente y se asocia al proceso de envejecimiento, impactando su estilo de vida.
LA MAYORÍA NO PIDE AYUDA PROFESIONAL.
Sin embargo, la incontinencia a menudo puede curarse, o al menos tratarse y controlarse. El primer paso es hablar con su médico.
TIPOS DE INCONTINENCIA
La más común de las incontinencias es la incontinencia urinaria, o el deficiente control de la vejiga. Es más frecuente en las mujeres en la época del embarazo o después de la menopausia. Algunas enfermedades, como el asma, la diabetes y la artritis, también pueden provocar incontinencia urinaria. Algunas personas sólo tienen pérdidas ocasionales al estornudar, reír o hacer ejercicio. Otras pierden completamente el control de la vejiga y no logran llegar a tiempo. Algunas personas pueden necesitar ir al baño con mucha frecuencia o de forma repentina. La incontinencia fecal es la pérdida del control del escape de las heces, permite salir de manera involuntaria gases hasta materia fecal. Otras afecciones relacionadas con la incontinencia son la diabetes, los problemas renales, el síndrome del intestino irritable y la enfermedad inflamatoria intestinal.
¿QUIÉN PUEDE SUFRIR INCONTINENCIA?
La incontinencia puede aparecer por diferentes causas y afectar a personas de cualquier edad. Sin embargo, los siguientes factores pueden considerarse de más alto riesgo: Estar en embarazo Sufrir sobrepeso y obesidad Menopausia Sufrir infecciones urinarias frecuentemente. Estar estreñid@ Si te han hecho alguna cirugía de la zona pélvica. Tener alguna Enfermedad como la esclerosis múltiple, artritis, diabetes, derrame cerebral o problemas de corazón, respiración o de la próstata. Tener demencia Padecer algunos tipos de cáncer como pueden ser el de próstata, el colorrectal, el de útero o el de vejiga. Algunos medicamentos pueden provocar síntomas de incontinencia como efecto secundario.
¿TE PREOCUPA LA INCONTINENCIA?
Es posible que la idea de hablar sobre este tema te resulte embarazosa, como le suele ocurrir a muchas personas. Pero es necesario que acudas a tu médico si respondes afirmativamente alguna de estas preguntas:
¿Sientes que a veces no se ha vaciado totalmente la vejiga?
¿Siempre tienes prisa por ir al baño?
¿Con frecuencia te sientes angustiado porque piensas que no podrás controlar tu vejiga?
¿Te despiertas dos o más veces durante la noche para ir al baño?
¿Tienes pérdidas antes de llegar al baño?
¿Tienes pérdidas cuando levantas algo pesado, estornudas, toses o te ríes? ¿Tienes pérdidas cuando haces ejercicio o practicas algún deporte?
¿Tienes pérdidas cuando pasas de estar sentado o acostado a estar de pie?
¿Planificas siempre tu rutina diaria teniendo en cuenta en dónde está el baño más cercano?
VIVIR CON INCONTINENCIA
El mejor tratamiento para la incontinencia depende de la causa. A menudo se puede curar; o si no, hay muchos tratamientos eficaces que te ayudarán a vivir la vida diaria.
En los casos moderados es posible practicar ejercicios para fortalecer el suelo pélvico denominados Ejercicios de Kegel. En los casos más difíciles los médicos suelen formular medicamentos para fortalecer los músculos de la vejiga.
Si cuidas a alguien que tiene incontinencia, es útil establecerle una rutina. Su médico puede remitirle a un profesional para que le ayude a manejar este tipo de situaciones en casa en caso de ser necesario.
Hay productos disponibles para ayudarte a vivir con la incontinencia, como pañales, ropa interior para la incontinencia, catéteres o protectores de cama.
Las EPS pueden subvencionar algunos de estos productos, si tienes derecho a ello.
PREVENCIÓN DE LA INCONTINENCIA
Hay varias formas de prevenir la incontinencia, o, por lo menos, evitar que empeoren sus síntomas:
Bebe mucha agua diariamente, a menos que su médico te lo prohíba. No reduzcas el consumo de líquidos, aunque no controles totalmente tu vejiga.
Es vital llevar una dieta saludable ojalá con mucha fibra.
Cuídate del sobrepeso, deja de fumar y realiza suficiente actividad física.
Practica buenos hábitos en el baño: ve solo cuando tengas ganas, siéntate en el inodoro inclinado hacia delante con los codos sobre las rodillas y levanta la espalda cuando hayas terminado. No retengas la respiración ni hagas fuerza.
Acude a tu médico. Los síntomas no mejorarán sin tratamiento, y podrían empeorar con el tiempo.
Aprende a hacer ejercicios de suelo pélvico. Puedes buscar en internet vídeos que enseñen ejercicios del suelo pélvico para hombres y mujeres.