Desde hace varios años y en diversos estudios, se ha dado a conocer información sobre la posible asociación entre niveles bajos de vitamina D y el aumento del riesgo de desarrollar enfermedades respiratorias o tener un peor pronóstico de estas.
La deficiencia de vitamina D está relacionada con una serie de enfermedades y alteraciones como la pérdida de densidad ósea, osteoporosis, raquitismo, osteomalacia, que causa huesos débiles y debilidad muscular.
Enfermedades como Hipertensión arterial, diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer y enfermedades autoinmunes, como la esclerosis múltiple, tienen un vínculo evidente con la deficiencia de vitamina D que aún está siendo investigado. También es claro que algunas de estas enfermedades son comorbilidades con el COVID-19, es decir que suena lógico que las personas que resulten afectadas gravemente por este virus tengan deficiencia de vitamina D.
No recibir suficiente luz solar.
Beber agua de botellas plásticas que contienen BPA.
Estar expuesto continuamente a toxinas que afectan el funcionamiento del hígado.
A través de la piel. Nuestro cuerpo produce naturalmente la vitamina D recibiendo la luz solar moderadamente. El sol debería ser la fuente principal de vitamina D.
Mediante una alimentación balanceada que incluya alimentos como el salmón, el atún, el hígado de res, queso, hongos, huevo y además de algunos alimentos que se venden fortificados o enriquecidos con un poco de vitamina D. El aceite de hígado de bacalao es la mejor alternativa.
Mediante suplementos que contengan vitamina D. Existen multivitamínicos que contienen vitamina D. La mejor opción en la que contenga vitamina D3 (Colecalciferol).
La vitamina D es importante para diferentes aspectos de la salud, especialmente fortalece los huesos y permite absorber el calcio. Aporta a nuestro sistema inmune, previniendo enfermedades, mejorando nuestro estado de ánimo y regulando nuestro peso.
La vitamina D es liposoluble por lo tanto es mejor consumirla con alimentos ricos en grasas saludables como el aguacate.
Una deficiencia aguda de vitamina D se trata directamente con suplementos específicos de vitamina D que debe ser recomendado por su médico, después de verificar los resultados de laboratorio.