La naranja tiene un alto contenido de vitamina C. Esta vitamina es necesaria porque ayuda naturalmente al incremento de las defensas del sistema inmune de nuestro cuerpo, además aporta en otros tantos procesos como la cicatrización de heridas y la asimilación del hierro.
Cuándo el cuerpo tiene deficiencia de vitamina C se enfrenta a una reducción de la resistencia del sistema inmune. Los glóbulos blancos requieren una buena cantidad de vitamina C para destruir los invasores, virus y bacterias. La vitamina C aumenta, no solo aumenta la fuerza de los glóbulos blancos, sino que además permite incrementar la proliferación de los linfocitos T y B.
La vitamina C produce una gran cantidad de beneficios en la piel. La vitamina C promueve la estimulación de las células productoras de colágeno mejorando, en la piel, su apariencia, hidratación y elasticidad. Previene los daños por rayos ultravioleta y puede ayudar a prevenir el envejecimiento prematuro.
Nuestro cuerpo no produce ni almacena vitamina C. Al ser una vitamina hidrosoluble el tiempo que dura en el cuerpo humano no supera las 5 horas después de ser ingerida. Como la dosis diaria requerida debe ser entre 65 y 90 mg diarios se debe tener en cuenta consumirla en varias porciones diarias.
La mejor fuente para tener los niveles adecuados de vitamina C es agregar porciones de alimentos abundantes en vitamina C en la dieta diaria. Muy frecuentemente pensamos que los alimentos que tienen más vitamina C son los cítricos: Naranjas, mandarinas, limones y pomelos. Pero hay otros que les superan.
La vitamina C ayuda a mejorar el sistema inmune y con seguridad tendremos mejores resultados si incrementamos la calidad de nuestro descanso y reducimos el estrés.