Nuestro cuerpo es un asombroso ecosistema compuesto por billones de células, pero eso es solo una parte de la historia. También albergamos trillones de microorganismos, principalmente bacterias, que componen lo que se conoce como nuestra microbiota. El cuerpo humano alberga múltiples microbiotas en diferentes áreas y sistemas. Las más conocidas son:
Intestinal: Esta es posiblemente la más conocida. Se encuentra en el tracto gastrointestinal y está compuesta principalmente por bacterias. Tiene un papel fundamental en la digestión y en el sistema inmunológico.
Cutánea: La piel también alberga una gran variedad de microorganismos, incluyendo bacterias, hongos y ácaros, fundamentales en la salud de la piel.
Oral: En la boca existe una gran diversidad de bacterias. La microbiota oral tiene un papel importante en la salud bucal e influye en la salud general, incluyendo el sistema cardiovascular.
Vaginal: La vagina tiene su propia microbiota que contribuye en la salud reproductiva y en la prevención de infecciones.
Respiratoria: Los pulmones también tienen su propia microbiota, que puede influir en la salud pulmonar y las enfermedades respiratorias.
Estas comunidades de microorganismos son fundamentales para la salud y el bienestar, y su desequilibrio se ha relacionado con diversas afecciones y enfermedades; es aquí donde los probióticos juegan un papel importante.
Probióticos: Los Héroes Ocultos de la Microbiota
Los probióticos suenan como una palabra de ciencia ficción, ¿verdad? Pero en realidad, son pequeños amigos invisibles que viven en las diferentes microbiotas del cuerpo y hacen un trabajo asombroso para mantenerte saludable. Son microorganismos vivos, conocidos como "bacterias buenas", que son positivos para tu salud porque ayudan a mantener el equilibrio en el “ecosistema” en que se encuentren. Son como los superhéroes de tu intestino, que luchan contra las bacterias malas y te ayudan a digerir los alimentos y absorber los nutrientes. También son como los guardaespaldas de tu sistema inmunológico, que te protegen de las enfermedades y las infecciones.
Los probióticos se pueden encontrar en alimentos y suplementos. Algunos de los alimentos ricos en probióticos son kumis, yogurt y otros productos lácteos. Si no te gustan estos alimentos puedes optar por suplementos probióticos, disponibles en droguerías.
Beneficios de los probióticos:
Mejora de la digestión: Los probióticos restauran el equilibrio de la microbiota y pueden aliviar los síntomas de problemas digestivos como el síndrome de intestino irritable y la diarrea.
Protección Inmunológica: La microbiota actúa como una barrera contra patógenos dañinos, evitando que alojen y causen enfermedades.
Producción de Nutrientes: Los probióticos pueden sintetizar vitaminas y otros nutrientes beneficiosos para el organismo.
Regulación del Estado de Ánimo: Se ha descubierto que la microbiota intestinal influye en la salud mental y el bienestar emocional.
En resumen, los probióticos son pequeños héroes invisibles que pueden ayudar a fortalecer y equilibrar la microbiota en el cuerpo humano, lo que contribuye a mejorar nuestra salud. Incorporar alimentos ricos en probióticos en tu dieta diaria puede ser un paso sencillo para mantener tu bienestar general.