No escuchar es una limitación considerada como discapacidad, pues quienes la sufren enfrentan graves problemas para desenvolverse en sociedad esencialmente porque les es muy difícil detectar una fuente sonora, identificar un sonido, seguir una conversación y comprender los temas que se hablen.
El oído, como todos los órganos de los sentidos, es fundamental para cumplir con todas las actividades diarias con solvencia.
En esta ocasión vamos a revelar una de las patologías que se pueden considerar de las más comunes en la audición.
Parece increíble que precisamente uno de los medios de protección que tienen los oídos se convierta en una de las causas más comunes de la perdida de audición.
El cerumen, es un aceite ceroso que se encarga de atrapar e impedir que el polvo, las bacterias y otros microorganismos u objetos pequeños penetren y le causen daño al oído.
El cerumen protege la piel del conducto auditivo, que es delicadísima, evitando que se irrite cuando le entre agua.
El movimiento natural de la cera es salir por la abertura del oído. Sin embargo, en algunas personas las glándulas encargadas producen más cera de la que fácilmente pueda eliminarse.
Cuando este cerumen adicional se acumula se puede endurecer, compactarse y bloquear el conducto auditivo externo del oído.
Dolor de oído
Sensación de oído taponado.
Ruidos en el oído.
Pérdida de la audición que puede empeorar con el tiempo.
La sabiduría popular ha demostrado que en la mayoría de los casos en que se presente un tapón de cerumen se debe buscar ablandarlo para que pueda salir fácilmente. Normalmente se usan elementos como:
Aceite para bebés
Gotas comerciales
Glicerina
Aceite mineral
También Agua teniendo cuidado de no aplicarla fría.
Estos son alguno de los productos que pueden servirte:
Si al utilizar estos elementos no logramos drenar el cerumen se puede recurrir al lavado de oído. Este es un procedimiento que debe ser prestado por personal capacitado y autorizado por autoridad competente.
Se debe tener especial precaución con el lavado de oído, para evitar dañar el oído o causar una infección.
No utilice gotas para ablandar el cerumen cuando sea posible que el tímpano esté roto o cuando se haya sometido a una cirugía de oído en tiempos recientes.
NUNCA intente irrigar los oídos a presión, puede romper el tímpano.
Después de extraer el cerumen seque por completo el oído.
No se limpie los oídos con demasiada frecuencia.
No se limpie los oídos con mucha fuerza.
Nunca se limpie los oídos con objetos como hisopos o pinzas.
En algunos casos es necesario visitar al médico:
Cuando haya intentado retirar el cerumen varias veces sin lograrlo.
Si presenta secreción en el oído.
Si presenta fiebre.
Si presenta dolor de oído.
Si no recupera la audición después de retirar el cerumen